Page 66 - HUELLAS 2020
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Pastoral
Mi paso por el Salva…
Mirándolo hoy parece un paso, pero fueron veintidós años de pertenecer a ese equipo). Y
transcurridos entre niños y compañeros que marcaron mi esto es posible porque la cabe-
vida. Tantas cosas vividas y aprendidas, tantos compañeros za de ese equipo, Hernán Be-
tan queridos, casi como mi familia; no los nombro por miedo lenda, siempre se encargó de
a olvidarme de alguno. Unos ya se han jubilado y otros han formar un grupo de catequis-
partido a la casa del Padre. Gente buena, de la que me llevo tas que viviera el amor mutuo.
el mejor de los recuerdos guardado en mi corazón. Recuerdo Una persona absolutamente
con mucha alegría tantos Encuentros con Cristo, en los que generosa a la hora de compartir todos sus conocimientos (que
pasábamos tantos nervios y corridas, y al final del día llegába- son muchísimos) y su vivencia de Dios. Un placer y un orgullo
mos cansados, pero felices de haber podido acercar un poqui- de haber trabajado y aprendido tanto de vos, querido Hernán.
to más a los chicos a Dios. Tantas misas en las que me saltaba También voy a extrañar tantos almuerzos en el comedor del
el corazón de alegría, porque eso es lo que se vive siempre, Colegio, con el bullicio de los chicos, pero con el afecto de las
tanto en la Iglesia “grande”, como en la capilla de alumnos o compañeras, con las que compartía ese momento tan espera-
en el patio de Primaria; siempre la misma fiesta del Altar, la do de la mañana, en el que nos contábamos la vida, las alegrías
misma alegría. Me vienen tantas cosas a la mente, como los y también los dolores y las preocupaciones, todo en medio de
bellísimos retiros de silencio para los docentes (que tanto los gritos de los chicos. En fin… Podría seguir hasta el infinito…
agradezco), en los que se siente de una forma increíble la pre- Por último, recordar el querido Patio de las Palmeras, al que,
sencia de Dios en el silencio, en la naturaleza y en el hermano. cada día, al atravesarlo saludando a Jesús y a María, decía:
Y no puedo dejar de mencionar a mi querido equipo de cate- “¡GRACIAS, DIOS MÍO, POR ESTE TRABAJO! Mi Buen Jesús,
quistas, realmente amigos, hermanos en la fe. Recuerdo nues- fueron tantas las vivencias, las emociones, los aprendizajes,
tras reuniones en las que trabajamos muchísimo, pero en un tanta vida compartida, tanto AMOR recibido, que no me sale
clima tan cordial, distendido y alegre que quien nos veía pen- decir otra cosa más que GRACIAS, ¡un Gracias tan grande
saba que solo era una reunión de amigos… y lo era, pero con como este querido Colegio del Salvador! ¡Hasta pronto!
muchas ideas y trabajo, que después se veían reflejados en
las aulas y en todo el Colegio (siempre me sentí privilegiada Marcela Alessi
Guías de autoevaluación
Con un formato adaptado y al igual que en los años anteriores, los chicos
tuvieron la posibilidad de revisar sus actitudes para descubrir en qué an-
daban bien y en qué debían mejorar.
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