Concebimos la orientación psicopedagógica como un proceso de ayuda y acompañamiento continuo a todos los miembros de la comunidad educativa, con el objeto de potenciar la prevención, el aprendizaje y el desarrollo
(Bisquerra, 1996).
La actividad del equipo de Orientación Psicopedagógica apunta a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, el seguimiento de las intervenciones educativas, la atención a alumnos con dificultades de aprendizaje específicas y la orientación vocacional.
La orientación psicopedagógica es un trabajo en equipo que implica a un conjunto de personas en función de la interacción en la tarea entre docentes y alumnos, a fin de elaborar propuestas de cambio. Las intervenciones parten de un diagnóstico participativo y constituyen una instancia de integración institucional en conjunto con los demás miembros de la comunidad educativa.
El fundamento de las intervenciones se centra en una educación jesuítica integral, con fuerte énfasis en la interdisciplinariedad del saber humano, que permite afrontar los desafíos del futuro.
Con el propósito de consensuar criterios y acciones de intervención en el qué hacer profesional, así como actualizar y profundizar en temáticas emergentes de interés realizamos reuniones mensuales del Equipo de Orientación.
Los alumnos son el centro de nuestra tarea en clave de MAGIS basándonos en el discernimiento para alcanzar los objetivos.