Proyecto Educativo

MISIÓN

El Colegio del Salvador asume la tarea educativa como participación en la misión apostólica de la Compañía de Jesús, en el marco de la misión evangelizadora de la Iglesia Católica. Por eso, ofrece a la sociedad argentina en la Ciudad de Buenos Aires una clara inspiración cristiana e ignaciana y un modelo de educación integral, humanizadora, personalizante y personalizada. Aspiramos a una educación de calidad portadora de valores, profundamente humanos y cristianos.

ASPIRAMOS A SER una comunidad educativa inspirada en los valores del Evangelio y de la espiritualidad ignaciana que trabaja para formar personas conscientes, competentes, y solidarias, con raíces en su cultura, abiertos a su tiempo y al futuro.

RECONOCEMOS en las raíces históricas de más de tres siglos de trayectoria espiritual y cultural en Buenos Aires, la mejor promesa del compromiso educativo con la formación integral de personas para el Siglo XXI y el Tercer Milenio.

QUEREMOS formar personas cristianas, mediadores de Esperanza, líderes en el servicio, a imagen de Jesús, capaces de una conversión personal a través de un corazón virtuoso y de una profunda preparación integral a través del desarrollo de sus talentos.

CONTAMOS con un grupo humano calificado profesionalmente y comprometido personalmente con una propuesta educativa sólida e innovadora, con trayectoria y apertura y con los recursos y medios necesarios y actualizados para los fines propuestos.

DEFINICIÓN DE CALIDAD

Comprendemos la calidad como un proceso dinámico de mejoramiento continuo en el logro de la formación integral de nuestros alumnos. La misma implica el desarrollo de aprendizajes integrales abarcando las dimensiones socio  afectiva, cognitiva y espiritual religiosa.

Frente a los desafíos del contexto, el horizonte de este proceso es la formación integral de una persona con y para los demás, impulsada a participar en la transformación de la sociedad para hacerla más justa y solidaria a través de una respuesta consciente, competente, compasiva y comprometida, con especial atención a los más pobres y necesitados.

Este proceso alcanza sus logros a través de la consolidación de la comunidad educativa, que encuentra sus fundamentos en la espiritualidad y pedagogía ignacianas. Quienes la conformamos,   alumnos, docentes, colaboradores, familias, jesuitas y laicos, trabajamos de modo participativo y articulado en todos los niveles y ámbitos para que los aprendizajes sean contextualizados, inclusivos, flexibles y dinámicos.

Aspiramos a crecer como comunidad de aprendizaje, promoviendo una cultura evaluativa con estrategias efectivas de comunicación y diálogo, de atención a la diversidad y de acompañamiento personal. Asumimos como comunidad el compromiso de la formación permanente en el espíritu del Magis Ignaciano.