Por Miguel Sanguinetti y César Bogado | Camada 152
Esta primera parte del año, los treinta alumnos de 4to año de Económicas formamos parte de un pequeño proyecto. Este fue producido en la clase de Lengua y Literatura, junto al profesor Mariano Carou. El proyecto trataba de poder agregar un capítulo más a uno de los libros más clásicos de la literatura española, “El Lazarillo de Tormes”. En primer lugar, tuvimos que leerlo completo. Junto a esto, íbamos a ir descubriendo la forma de escribir del autor. Una de las complicaciones que tuvimos fue que el escritor, que es anónimo, usaba muchos pronombres enclíticos. Es por esto, que tuvimos que adoptar las formas de escritura de la literatura española.
“El Lazarillo de Tormes”, un libro de capítulos repetitivos y trama poco variada en el que prevalece una cómica manera de describir la picardía de un niño extenuado por las inhumanidades de la Iglesia y poderosos de la época. Con este argumento tuvimos que iniciar un relato que pudiera ser agregado a la novela, ya que no requería una contextualización muy profunda.
Debo admitir que puro entretenimiento e ideas bizarras de cómo liberar unas ganas sombrías de maltratar a este Lazarillo inundaban mi mente cual sorpresa, obligándome a averiguar personajes y eventos del siglo XVI de los que poco conocía. Aventurarme en escribir como novelista del siglo de oro español fue hermoso; acaso más bello ser consciente de una oportunidad espléndida para desarrollar un arte inusualmente practicado como lo es la bendita literatura. En resumen, un aprendizaje digno de alabanza.
César Bogado