Renovación de la Consagración a Nuestra Señora de los Milagros

Nos encontramos como comunidad educativa para renovar la consagración del Colegio del Salvador a Nuestra Señora de los Milagros, patrona de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay. Los invitamos a compartir un tiempo de oración desde casa y unirnos para pedir a María, madre del Salvador que nos acompañe, interceda y nos proteja en este tiempo.

CONSAGRACIÓN DEL COLEGIO DEL SALVADOR A NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS

Virgen María, Nuestra Señora de los Milagros, Madre de Dios y Madre nuestra,  Reina y Madre de la Compañía de Jesús te damos gracias por tu amor y protección en todos estos siglos de evangelización  de la Compañía de Jesús en estas tierras y en estos 152 años del Colegio del Salvador

Y delante de tu imagen del cuadro milagroso, signo y presencia tuya en nuestra tierra, en esta Iglesia del Salvador  nosotros, la comunidad educativa del Colegio, nos consagramos a ti, Patrona de los jesuitas argentinos, y te ofrecemos hoy lo que somos y lo que queremos ser, todas nuestras fragilidades y todas nuestras esperanzas 

Queremos que la contemplación de tu imagen milagrosa nos comprometa aún más para “en todo amar y servir” a través de la educación de los niños y jóvenes que nos son confiados

Que tus manos juntas nos animen a hacer de  nuestras vidas, una continua oración y alabanza a nuestro Padre y nos recuerden, con sencillez y humildad, que en nuestra tarea educativa hay una parte a la que no llegamos sino con tu ternura y bendición 

Que tus ojos llenos de esperanza nos ayuden a ampliar la mirada para ver a las personas y las cosas desde el amor de Dios, reconociendo en los rostros de nuestros alumnos, familias, docentes y ex alumnos la Esperanza de la Promesa. Que aprendamos a mirar  especialmente a los que no están aquí, a los más frágiles, pobres y excluidos, a los que están en las fronteras de la vida y nos esperan   

 Que tu corazón Inmaculado nos llame por nuestro nombre y nos mueva a hacer presente en nuestras vidas la acción del Espíritu Santo, construyendo entre todos una auténtica comunidad educativa y podamos ser enviados allí donde Dios nos quiera como te prometemos en el “Dulcísimo recuerdo de mi vida” al terminar el colegio. 

Que tus huellas nos orienten en nuestra misión educativa .Que tu pie en tierra nos ayude a aceptar la realidad desde la certeza de sabernos misionados y que tu pie en movimiento nos anime a partir sin demora para compartir lo recibido con nuestros hermanos  especialmente en esta Ciudad de Buenos Aires y en nuestra patria

Y así como el Señor, con el agua milagrosa que brotó de tu imagen, sanó tantos heridos y enfermos, podamos ahora nosotros, llevar su consuelo a tantas familias desanimadas, a tantos chicos desamparados,  a tantos necesitados de educación, pertenencia y hogar para que  puedan romper la estrechez de sus miedos y acercarse al amor de Dios.

Querida Madre y Señora nuestra, esta misión no la podemos realizar solos,  por eso te pedimos comunión y unidad de alumnos, familias, docentes y ex alumnos que sienten un compromiso común: trabajar para que la fe y la justicia que brotan del Evangelio transformen el corazón de toda la sociedad y de cada uno de nosotros. 

Y de un modo especial, hoy queremos pedirte por la Compañía de Jesús.  Por los que pasaron por el colegio, por los presentes y por las vocaciones para suscitar el deseo profundo de entregar la vida por Jesús y por su Reino,  al estilo que nos legó nuestro padre San Ignacio.

Extiende también, Madre dulcísima, el celeste manto de tu protección sobre toda la Iglesia, ruega por todos los cristianos, convierte a los corazones duros, afianza la paz entre los pueblos y especialmente entre los argentinos, conserva la inocencia y autenticidad de los niños, anima los deseos profundos de los jóvenes,  y danos a todos la gracia de renovar  nuestra Fe y Esperanza para la mayor gloria de Dios, honra tuya y bien de nuestras almas. 

Amén